El fénix
El ave fénix es un animal de la mitología que simbolizaba la inmortalidad y la resurrección. Según cuenta la leyenda, cuando un ave fénix moría, se convertía en una bola de fuego que no tardaba en reducirse a cenizas. De esas cenizas volvía a nacer un nuevo fénix, y así durante toda la eternidad.
El basilisco
El basilisco era una criatura capaz de matar con la mirada. Existen dos leyendas acerca de como el basilisco nace:
- De la sangre que salió del cuerpo de la Medusa, surgieron todas las serpientes, incluido el basilisco. Era una pequeña víbora que lanzaba unos horribles silbidos. Moría cuando su mirada era reflejada en un espejo.
- Un gallo ponía un huevo, que era fecundado por una serpiente e incubado por un sapo. Cuando nacía tenía el aspecto de las tres criaturas. La única forma de matarlo era verlo antes de que él te viese a ti.
La quimera
En la mitología griega, Quimera era un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna, que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales.
Las descripciones varían desde las que decían que tenía el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros de una serpiente o un dragón y la cabeza de un león, hasta las que afirmaban que tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y la última de dragón, que nacía en la cola. Todas las descripciones coinciden sin embargo en que vomitaba fuego por una o más de sus cabezas y por su trasero. Era sumamente rápida.
Quimera fue derrotada finalmente por Belerofonte con la ayuda de Pegaso, el caballo alado, a las órdenes del rey Iobates de Licia. Hay varias descripciones de su muerte: algunas dicen simplemente que Belerofonte la atravesó con su lanza, mientras que otras sostienen que la mató cubriendo la punta de la lanza con plomo que se fundió al ser expuesto a la ardiente respiración de Quimera.
Tifón
Tifón era un ser monstruoso, más alto que cualquier montaña. En vez de dedos tenía cabezas de dragón, de cintura hacia abajo estaba formado por serpientes, poseía alas y sus ojos despedían fuego y víboras.
Como este engendro ambicionaba el dominio del mundo, atacó el Olimpo. Cuando los dioses lo vieron, huyeron despavoridos a Egipto, donde se ocultaron bajo la forma de diversos animales. Solo Atenea y Zeus hicieron frente al engendro. En el monte Casio se entabló una feroz contienda entre Zeus y Tifón. Aunque al principio parecía que Zeus llevaba ventaja, finalmente Tifón consiguió arrancar al señor del Olimpo la hoz con la que le atacaba y armado con ella, cercenó los tendones de su oponente, haciéndole perder toda su fuerza. Después Tifón metió los tendones dentro de una piel de oso y llevó el paquete a Cilicia.
El paquete fue guardado en un lugar llamado Gruta Coricia, bajo la custodia de la dragona Delfine.
Hermes y Pan rescataron los tendones y se los devolvieron a Zeus, consiguiendo de esta forma que el dios recuperase su fuerza. Montado en un carro con caballos alados, Zeus emprendió la búsqueda de Tifón. Una vez localizado se reanudó la lid. Durante este enfrentamiento, Tifón se dirigió al monte Nisa, donde las Moiras le habían informado que existían unos frutos mágicos que le proporcionarían fuerza. Zeus salió tras él y la batalla continuó hasta que Zeus lanzó contra Tifón el monte Etna.
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